La feliz
- Clara DAngelo
- 29 dic 2018
- 1 Min. de lectura
La nostalgia algunas veces te pega un revolcón. Del Torreón para allá, mi Mar del plata de la infancia, me expulsa y me angustia. Que te hicieron Mar del Plata? Por qué te lastimaron tanto? nadie te cuidó. Estructuras abandonadas, edificios que no lucen vanidosos su vejez, la rambla convertida en el albergue de una sociedad golpeada y decadente. Las piedras del ilustre Bustillo manchadas y meadas por quienes fueron condenados a la no educación, al desapego y a no respetar lo propio porque nunca tuvieron nada. Este escenario en el que los políticos no se cansan de prometer cada verano un progreso que nunca se ve. Una Mar del Plata que me arruga mas la piel, me duele todo lo perdido y me tacha la sonrisa. Del Torreón para acá, una ciudad que intenta rescatarse con esfuerzo y buenas intenciones. Hace muchos años que ya no veraneo aquí, pero cada año vuelvo aunque sea un ratito para salvar los recuerdos de una infancia con carnavales, alfajores y abuelos que esperaban horas nuestra llegada en la puerta de su casa, sin celular ni ubicación en tiempo real, con una mesa servida que inauguraba un verano feliz.

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